¿Llegaremos algún día a la sociedad que se imaginó Ray Bradbury ya en 1953?
Seguro que no. No llegaremos al extremo de quemar los libros por actuar como transmisores de ideas, libertad y mundos imaginarios. No creo que nunca se llegue a realizar una caza de sabios.
Pero desde luego, sí creo en la marginación del literato. En la división social entre los cultos y los incultos.
Hace unos años, las personas que salían en programas como "Mujeres & Hombres & Viceversa", "Sálvame", (por poner ejemplos actuales, pero este tipo de programas siempre han existido, desde Salsa Rosa, Aquí hay tomate, etc. que yo recuerde) etc. eran especímenes aislados, había un "viceverso" por cada 100 personas.
Ya no. Este cliché de jóven, sin más estudios que los obligatorios, que realiza el culto al cuerpo y que no utiliza los libros más que para calzar la mesa; se ha convertido en un reflejo bastante fiable de la mayor parte de los veinteañeros (y bajando cada vez más de edad, llegando a los 15-16 años) de este país.
Otro hecho que aparece en esta novela y que está cada vez más presente en nuestra sociedad son ¨las familias¨. Para las personas que no hayan leído este texto, ¨las familias¨ son unas personas que aparecen en las pantallas que las casas ajenas, interaccionando con ellas a través de concursos, creando contenidos informativos totalmente manipulados destinados al sometimiento de las mentes, para que nadie se pueda salir de su cauce.
¿No os recuerda esto a las pantallas que más nos absorben? Hoy en día hay personas (no solo jóvenes) que dedican más horas al día mirando una pantalla, que a la cara de otra persona. Esto puede generar una sociedad de personas más informadas de lo que hace la novia de un futbolista, que de sí en la calle llueve o hace sol (sin tener en cuenta la gente que cuelga en las redes sociales el tiempo que hace).
¿Hacía dónde vamos? ¿Puede llegar a haber una persecución real de conocimientos? Lamentablemente, la reciente elección de Donald Trump como presidente de la primera potencia mundial, me hace tener una opinión pesimista sobre este asunto. Obviamente no se puede llamar analfabeto a este personaje, pero sus opiniones y su forma de pensar no son las que más favorecen al desarrollo cultural de la nación más influyente del mundo.
¿Qué podemos hacer? Seguir ilustrándonos, cultivandonos, teniendo inquietud por aprender cosas nuevas. Y si llega el día en el que poseer una gran cantidad de conocimientos se convierta en un delito...
Otro hecho que aparece en esta novela y que está cada vez más presente en nuestra sociedad son ¨las familias¨. Para las personas que no hayan leído este texto, ¨las familias¨ son unas personas que aparecen en las pantallas que las casas ajenas, interaccionando con ellas a través de concursos, creando contenidos informativos totalmente manipulados destinados al sometimiento de las mentes, para que nadie se pueda salir de su cauce.
¿No os recuerda esto a las pantallas que más nos absorben? Hoy en día hay personas (no solo jóvenes) que dedican más horas al día mirando una pantalla, que a la cara de otra persona. Esto puede generar una sociedad de personas más informadas de lo que hace la novia de un futbolista, que de sí en la calle llueve o hace sol (sin tener en cuenta la gente que cuelga en las redes sociales el tiempo que hace).
¿Hacía dónde vamos? ¿Puede llegar a haber una persecución real de conocimientos? Lamentablemente, la reciente elección de Donald Trump como presidente de la primera potencia mundial, me hace tener una opinión pesimista sobre este asunto. Obviamente no se puede llamar analfabeto a este personaje, pero sus opiniones y su forma de pensar no son las que más favorecen al desarrollo cultural de la nación más influyente del mundo.
¿Qué podemos hacer? Seguir ilustrándonos, cultivandonos, teniendo inquietud por aprender cosas nuevas. Y si llega el día en el que poseer una gran cantidad de conocimientos se convierta en un delito...