Según Jorge Garriga Puig, toda la ciencia y el arte del marketing se reduce a que se sepa responder a la pregunta que cada consumidor o usuario se hace al enfrentarse al mensaje de un anuncio: ¿y a mi qué? ¿en qué me beneficia este producto? De la respuesta depende el éxito de un anuncio, y por lo tanto de las ventas que tendría ese producto.
El proceso a seguir para no caer en los prejuicios, y conseguir fecundar el pensamiento sigue los siguientes pasos: Marginar (a la competencia), Substituir (al resto de productos disponibles en el mercado), Compensar (las deficiencias de nuestro producto) e Interaccionar (con nuestros posibles clientes).
Según Donald Caine, la diferencia esencial entre emoción y razón es que la emoción nos lleva a la acción mientras que la razón nos lleva a elaborar conclusiones.
De esta manera y siguiendo todas estas pautas, nuestro anuncio está destinado a ser un éxito.
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